En la mañana de hoy, a parte de pintar uno de los cuadros más famosos de Kandinsky, hemos realizado una pequeña dramatización de un cuento que empezamos a trabajar en la semana del otoño: "El árbol que no tenía hojas". Lo leímos, vimos los personajes que tiene, repartimos papeles, y comenzamos a ensayar. Después de varios ensayos, hoy ya lo hemos dramatizado con unos disfraces bastantes sencillos y caseros. (Pero ellos encantados).
Un pobrecito árbol del que decían que era feo porque no tenía hojas se puso triste y pidió ayuda a los más poderosos: El sol, el viento gris y la lluvia. Todos ellos no pudieron ayudarle:
Quienes sí pudieron ayudarle fueron 3 niñas que cubrieron sus ramas de colores. Así el árbol ya fue feliz y todos los seres más poderosos admiraron su belleza.
A partir de ese día las niñas iban a jugar con el arbolito, pero lo que más les gustaba era bailar juntos la siguiente canción:
¡Bravísimo por ellos!
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